Con esta mano te sostengo en vilo


Se quedó dormido con un espejo en el pecho
y el corazón se le hizo de lluvia
de cristales
para ir a quemar,
en el naufragio de una tarde hosca,
las mejillas de ella en la distancia.
Lluvia de cuerdas, tímpanos,
cajas de ritmos;
lluvia de corazón,
corazones.
Todos los humanos no somos tan distintos
al sentimiento longevo y señorial
de adornar una silueta ausente sobre el pecho
y quedarse dormidos luego
con un espejo de llama y furia
oculto en él
resonando indefinidamente
historias de olvidos y consideraciones
de fantasmas.
Dormidos…
Latidos liberados a la atmósfera.
Exposición de sensaciones
en el lienzo celeste.
Una estrella ingobernable,
acurrucada en su propia pena,
nos sonríe.
Quién sabe si saluda o se despide.
Solo ella tiene acceso
a la puerta del martillo
que puede hacer pedazos este espejo,
pero sigue viniendo desnuda…
Una vez y otra,
con esta mano te rechazo
y con esta mano te sostengo en vilo.
Esdi Capeú

Comentarios

  1. ...y el corazón se le hizo de lluvia
    de cristales...
    Lluvia de cuerdas, tímpanos,
    cajas de ritmos;
    lluvia de corazón,
    corazones."

    Ahí un poema de diluvio

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