ODA LÍRICA A MILPA ALTA



Foto: VCH 2010


ODA LÍRICA A MILPA ALTA.
De Francisco Chavira Olivos.

Solar de parlantes aztecas,
Nicho ecológico del TLALOTL.
Tu iglesia franciscana medieval,
fuerte y eterna de atrio amurallado;
hechura de geométrico tezontle,
traslado de los viejos TEOCALLIS;
que en los calpullis del TEUTLI florecieron.

Con calles empedradas y quietas.
Juegos de cantería lucen las casas señoriales.
Rebanadas de madera, los techos inclinados,
mitad de xoconoxtlis, los temescales centenarios.

Un colmenar de gente trabaja en los maizales;
mientras el “TLACHIQUERO” deambula entre
magueyes,
llevando a cuestas la miel de sus entrañas hendidas;
ella mitigará la sed y hará de sus fatigas un hechizo.

Se adorna el tianguis pueblerino;
con gente de manta y de pergal,
sombreros de petate y de guaraches,
de cabelleras trenzadas cubiertas de rebozos.

Bello embelezo causa a nuestra gente;
los chorros de agua que el TULMIAC nos envía.
En la fuente central de cuatro mascarones,
Donde Fray Pedro de Gante humedeció sus labios.

¿Eres indígena dueño virtual de éstas pródigas tierras?
Y trabajas de sol a sol jornadas para el AMO.
Temeroso que el capataz se irrite y te amoneste.
¡Que latiguee tu cuerpo!
Que te tumbe en el surco con su brioso caballo.

DISIMBOLAS vivencias conforman tu existencia:
Trino de aves canoras en el bosque cercano.
Estruendos del cielo que anuncian la tormenta.
El silbato vespertino del tren de AMECA-MECA.
Y de las iglesias el metálico sonido de campanas.

El comisario de barrio te amonesta.
-No se ha barrido la calle.
-Se extravió un borriquillo blanco.
O te ofrecerá boletos para el agua bebible.

AÑORADA QUIETUD QUE SE INTERRUMPE
CON EL GRITO FRENÉTICO ¡ZAPATA VIVE!
“¡Recuperad la tierra campesinos!”
Y la sangre empapó tus verdes sembradíos.

HOY VILLA MILPA ALTA
De modernos edificios plena, pero casi desnuda de bosque.
Pueblo museo para uno que otro cuadrúpedo sarnoso.
El asfalto invade tus entrañas y el paisaje luce desteñido.
Solo el verdor geométrico de ricas nopaleras.

¡Pueblo centenario...! Tranquilo ayer.
Eres un cúmulo de máquinas rodantes.
Ruidoso con magnavoces y estallido de cohetes...
¿Cómo no añorar tu heroico pasado;
que rumiaban los viejos y los niños,
en atardeceres de soles mortecinos?


F. Chavira Olivos. Invierno 2008.

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