MUJER SIN LOT

El camino solitario
corre tras de ti por las colinas:
cuando te encuentra: se pierde…
Si volteas a contemplarlo,
el filo del viento solar
siembra granos de calor
entre la sal diminuta
de tu cuerpo en duermevela
y la quiebra en mil destellos:
delicados minerales
de dulzura seca y blanca
brotan de tu desnudez
y en tus ojos, las piedras de azufre,
se incendian…

He quedado tan lejos de tu voz
de tus pupilas… —dirás.

Y como no crees en los retornos,
ni en la línea espesa de los siglos
ni en el tiempo subterráneo
de los ríos, de las minas;
te diré que Lot se ha ido,
como Zoar, reposa entre los muertos;
y tú, escultura despierta del Eterno,
renaces y emerges de la dimensión
en que has vivido.
¿Acaso, tienes miedo?
Mira el campo, vuelve la vista
donde tu voluntad desea…
tiende tu amplio tacto,
desenreda su maraña sensitiva:
sin fronteras.

BELEM LEZAMA

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