Cuerda absurda
Absurda cuerda que pendes como dios inalcanzable
atrapada en el vientre de la telaraña verdinegra,
ráfagas de aire intentan bajarte del destello
pero los gatos furiosos por aparearse lo ahuyentan.
Lloran los lamentos y aun así no te acongojas de
ellos.
Solo te meces como cuna arrullando al niño que
llora
Porque tiene hambre, porque tienen sed de sueños.
Absurda cuerda,
absurda eres,
absurda
y aún siendo absurda se consuelo con tu sola
presencia.
A lo lejos ya se escuchan los montes gritar a
carcajadas,
Ya quieren los amantes burlarse por detrás de la
coraza,
Ya quiere el poeta terminar el poema que canta
Pero lo desbarata y en trizas queda viendo como una
nube de color se acerca a ti.
A tí, solo, como quien sin calle con linterna
busca.
Busca al tumulto llamado civilización,
Donde lo único que encuentra son tazas rotas por la
calle
Banquetas menstruando bajo lágrimas de sol,
Jardineras enzarnadas y el perro aullando con el hocico quemado de tanto ladrar.
Eso es lo que llaman racional.
Se autoflagela y no le sobran razones para cegarse,
Esta vez no quiere darle gusto al reiterado conjuro
del individuo asalvo.
Mira el tronco, ¡El tronco es cómplice!, y la rama,
la rama aunque en su rezo pide tregua y se sucumbe
es parte arrebatadora de aquel momento paradójico.
la soga se ondea como bandera de blancos huesos,
como sonrisa triste en espejo empañado,
Irracional para el que lo ve desde la muralla a
kilómetros.
Pero no para aquél que encuentra la salvación
reiterada.
Veinti tantos años de espera,
y ahora cae,
y saluda al sol naciente con la mirada cegada;
ha obtenido su mejor ganancia, ¡al fin de pie!
Sága
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