Retrato inducido

De mí puede decirse: ¡nada!
De mí está todo por decir.

Quiero que me describas nulo, vacío;
como un cero que busca su ombligo,
como un paso en falso del destino.

Has de pronunciar mi nombre
entre un soplo de “ya es cuando”
y una mora de “ya es mucho”;
yo, me cuidaré de restregar mi mente,
cada día que vuelva vivo,
con la esponja del olvido
y seré más ignorante.

A granos, vaciados en mis ojos
con matemática absurda,
iré haciéndome más ciego
para saber más de este mundo
en los donaires de mi ensueño.

Bajo la colcha y sobre la almohada
son para mí
bajo la luna y sobre las aguas.

Si te preguntan, diles que espero
correr el ancho llano del cielo
en los pliegues de mi ser
y… mejor, habla de ti,
porque…

De mí puede decirse: ¡nada!
De mí está todo por decir.



Estuardo H. Rendón

(INVITADO FFyL, UNAM)

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