Tu barroco más sutil
Con una misteriosa dedicatoria
Tú eres pan
para el mito,
escarmiento de los poetas
que dijeron
que ya no podía escribirse
de cuellos de alabastro y manos de marfil,
de pómulos de rosicler sobre un campo de nieve,
o rondas de seda color de sol
y púlpitos desde los cuales lanzar un “pero por vos, mi Señora”
— y yo aquí añado ese cardumen de perlas entre labios
de coral o de rubí —.
Pues sinceramente las pruebas debelan a los acusadores,
no se hagan más pesquisas por el momento
y la lluvia de ámbar que encarcelan tus pestañas
anegue la invectiva de los necios,
cambie el paradigma de los tropos
y nos
devuelva el arte a tu barroco más sutil.
Estuardo H. Rendón
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