CUERDA ABSURDA


Cuelga, atrapada sobre el vientre de los pensamientos,
pensamientos de aquel que un día se hizo reconocer,
en una civilización, en lo “racional”.
Se auto flagela con la pena de la cuerda irracional
que cuelga atrapada sobre el vientre de sus pensamientos.

Le sobran razones para cegarse,
y no darle gusto al reiterado conjuro del individuo asalvo.
El tronco es cómplice, y la rama,
aunque en su rezo pide tregua y se sucumbe,
es parte arrebatadora de aquel momento paradójico.

¡Aire! Atraviesas queriendo ondear la soga
como bandera de blancos huesos,
como trigo seco en parcela húmeda
como sonrisa triste en espejo empañado.

Irracional para todos, para el que lo ve desde la muralla
a kilómetros del aquel tronco.
No para el que en su salida más próxima
encuentra la salvación reiterada.

Veinte nueve años de espera, ¡al fin de pie! Cae,
y saluda al sol naciente con la mirada cegada;
ha obtenido su mejor ganancia,
dicen que ha pasado a mejor vida.


Sága
Septiembre 2012

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