RAMAS DE MIS RECUERDOS


Eran dos ramas recién plantadas en las primeras filas de un inmenso bosque, al inicio juntas fueron creciendo entrelazando verdes conocimientos. Eran dos pequeñas ramas bajo la intemperie de la inmensidad del cielo, bajo tormentas y relámpagos eso bien lo recuerdo. Ramas angustiosas del fuerte viento al principio débiles sentían ser arrancadas de su tierra, de su bosque de sus hojas livianas como plumas de niños corriendo por un sendero. Ramas juguetonas del suave viento hojas nuevas, hojas verdes, sonrientes al compás de las nubes jubilosas. Hojas que apenas y se acariciaban entre unas y otras, Implorando al sol ser fuertes, grandes y brillar como aquel gran anhelo. Implorando a la luna ser serenas y cautelosas cobijadas entre la hamaca de sus sueños. Así crecían las ramas de mis recuerdos reían y lloraban penas, jugaban y envidiaban torpezas de uno o de otra rama pero creciendo siempre acompañadas de luceros. Pero llegó el momento no esperado, su única preocupación había sido crecer y ser como aves del firmamento. Llegaron vientos fuertes y pájaros del arcoíris las sedujeron, las llevaron por desiertos y por selvas conociendo nuevos rojos carmesí, nuevas lunas, nuevas tierras, nuevas aguas en espera de cambiar follajes, para formar nuevos nidos viejos recuerdos. Ahora se encuentran grandes y fuertes serenas y cautelosas, con hojas verdes y marchitas recordando las primeras filas de ese inmenso bosque, donde un día como niños corriendo por un sendero, disfrutaron crecer juntas, alegres y juguetonas eso bien lo recuerdo. Para mi amigo Abel Cruz Prado. De: Alejandra Sánchez Galicia


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