Los Guajolotes

Con manos tiernas e inocentes se divertía
jalando el moco a los pipilitos,
primero se ponían colorados,
ya enojados terminaban morados de coraje.

Ella se reía a carcajadas
hasta terminar en el suelo.

Crecieron, se hicieron señores guajolotes,
se dieron cuenta que podían defenderse
de la travesura de inocente niña.

Un día sin previo aviso,
a picotazos la corretearon.
Esa fue su venganza.

Elia Galicia Torres.

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